La base de un piso de ducha de mármol sin moho comienza con la lechada y el sellado adecuados. Es fundamental utilizar una lechada de alta calidad diseñada para entornos con mucha humedad. Esto evitará que el agua se filtre por los espacios entre las baldosas. Aplique la lechada de manera uniforme, asegurándose de que todas las juntas estén llenas. Después de la instalación, selle tanto la superficie de mármol como la lechada con un sellador resistente al agua. Esta capa protectora crea una barrera que minimiza la absorción de humedad, reduciendo así la probabilidad de crecimiento de moho. Se recomienda volver a sellar periódicamente (cada 6 a 12 meses) para mantener la integridad de la lechada y el mármol.
Para un rendimiento superior en áreas propensas a la humedad, como pisos de ducha, la lechada epoxi suele ser una opción más confiable en comparación con la lechada tradicional a base de cemento. La lechada epoxi no es porosa, es resistente a la penetración de agua y no absorbe la humedad, lo que la hace menos susceptible al crecimiento de moho y hongos. A diferencia de la lechada a base de cemento, la lechada epoxi no requiere sellado, lo que puede ahorrar tiempo de mantenimiento. Ofrece una mayor durabilidad, asegurando una protección duradera contra daños por agua en las juntas.
Uno de los factores más críticos para prevenir la acumulación de agua es asegurarse de que el piso de la ducha tenga una pendiente adecuada hacia el desagüe. Sin un drenaje adecuado, el agua puede acumularse en las juntas entre las baldosas, lo que provoca una retención excesiva de humedad, lo que es ideal para el crecimiento de moho y hongos. Durante la instalación, asegúrese de que el plato de ducha esté ligeramente inclinado (generalmente 1/4 de pulgada por pie) hacia el desagüe, permitiendo que el agua fluya libremente desde el piso y evitando que se estanque.
El moho prospera en ambientes húmedos, por lo que limpiar y secar periódicamente el piso de la ducha es esencial para evitar la acumulación de agua. Después de cada uso, pase una escobilla de goma por la superficie de mármol para eliminar el exceso de agua y asegúrese de que no quede humedad en las juntas de lechada. Además del secado diario, una rutina de limpieza semanal que utilice limpiadores no abrasivos aptos para mármol ayudará a evitar que se acumulen restos de jabón, aceites y otros residuos y que potencialmente fomenten el crecimiento de moho.
Una buena ventilación del baño es un factor clave para controlar los niveles de humedad, que impactan directamente en el crecimiento de moho. El exceso de humedad en el aire puede condensarse en las superficies y juntas de las baldosas, lo que favorece la aparición de moho y hongos. Para mitigar esto, asegúrese de que su baño tenga una ventilación adecuada a través de un extractor de aire o un flujo de aire natural. Un extractor de aire que funcione bien debe funcionar durante 20 a 30 minutos después de cada ducha para ayudar a expulsar el aire cargado de humedad. Si es posible, mantenga las ventanas abiertas para estimular el flujo de aire, especialmente después de duchas prolongadas, para ayudar a que el baño se seque más rápido.
Incluso con los mejores materiales y técnicas de instalación, el desgaste puede ocurrir con el tiempo. La inspección periódica del piso de mármol de la ducha es esencial para detectar signos tempranos de daño o deterioro, como grietas en la lechada o en las baldosas de mármol. Si encuentra grietas o huecos, vuelva a aplicar lechada y selle el área inmediatamente para evitar que el agua se infiltre en las juntas. Volver a sellar la lechada y el mármol cada 6 a 12 meses (o antes si nota absorción de agua) garantiza una protección a largo plazo contra la humedad y el moho.
Si bien puede resultar tentador utilizar productos químicos de limpieza fuertes para mantener una ducha impecable, los productos agresivos pueden dañar tanto la superficie de mármol como la lechada. Los limpiadores ácidos o abrasivos pueden quitar el sellador protector, haciendo que la lechada sea más vulnerable a la penetración de agua y al crecimiento de moho. En su lugar, opte por limpiadores aptos para mármol y con pH equilibrado, diseñados específicamente para superficies de piedra. Estos limpiadores ayudarán a eliminar la suciedad y los restos de jabón sin dañar las capas protectoras del mármol o la lechada.