Mármol beige , como otras piedras naturales, es sensible a los efectos de la radiación UV con el tiempo. La exposición prolongada a la luz solar puede conducir a la decoloración o al desvanecimiento, particularmente para canicas de tonos más claros como beige, que son más propensos a estos cambios en comparación con las piedras de color más oscuro. El grado de desvanecimiento depende en gran medida de la composición mineral y el acabado del mármol. Las superficies pulidas son más vulnerables, ya que reflejan la luz solar y pueden acelerar el proceso de desvanecimiento. En contraste, los acabados perfeccionados o cepillados tienden a mostrar menos signos de degradación de los rayos UV porque dispersan la luz. Con el tiempo, la exposición a los rayos UV puede dar como resultado un amarillamiento o pérdida de vitalidad, especialmente si la mármol está revelada. Para mitigar esto, se pueden aplicar selladores de alta calidad diseñados para la protección UV, que forman una barrera contra los rayos UV y preservan el color. Los recubrimientos protectores se pueden usar para extender la vida útil del acabado y mantener la piedra con un aspecto fresco por más tiempo. Se recomienda el mantenimiento regular, como limpiar la superficie y volver a sellar, mantener la capa protectora y retrasar el inicio de la decoloración. Incluso con estos tratamientos, la exposición prolongada a una intensa luz UV puede causar ligeros cambios en la apariencia del mármol, especialmente en aplicaciones al aire libre donde la luz solar es constante.
El mármol beige no es el material más resistente a las heladas en comparación con otras piedras como el granito o la cuarcita. Las temperaturas de congelación pueden causar daños significativos, particularmente en regiones con ciclos de congelación-descongelación, donde la temperatura fluctúa por encima y por debajo de la congelación. Cuando la humedad entra en la superficie porosa del mármol, puede expandirse a medida que se congela, causando grietas y daños en la superficie. Este proceso, conocido como Spalling, puede debilitar la piedra y conducir a un daño estructural significativo si no se maneja adecuadamente. La porosidad del mármol es un factor crucial para determinar su resistencia a las heladas: las piedras con mayor porosidad absorben más humedad, lo que los hace más vulnerables a los ciclos de congelación. Cuando se expone a temperaturas de congelación, la humedad atrapada dentro del mármol puede expandirse y hacer que la piedra se fracture, lo que a menudo conduce a la superficie, las grietas o la fragmentación. En climas donde la congelación es una preocupación, se recomienda evitar el uso de mármol en instalaciones al aire libre que están directamente expuestas a tales condiciones. Alternativamente, se pueden aplicar selladores especializados diseñados para reducir la absorción de agua para mitigar parte del riesgo, aunque esta no es una solución completa. El uso de acabados perfeccionados o tallados en bruto también puede ayudar a reducir la retención de humedad en comparación con las superficies pulidas. La instalación adecuada con un drenaje efectivo para dirigir el agua lejos del mármol puede ayudar a reducir la probabilidad de agrupar el agua y congelar en la superficie, lo que contribuye al daño.
Cuando se usa en entornos al aire libre con tráfico peatonal pesado, los bloques de mármol beige pueden experimentar desgaste, especialmente si la piedra está sujeta a altos niveles de acción abrasiva. La dureza del mármol, aunque relativamente alta en comparación con otras piedras naturales, no es tan robusta como los materiales más duros como el granito, lo que lo hace más susceptible a rascarse y rasparse bajo un gran uso. La escala de dureza del MOHS coloca a mármol alrededor de 3-4, lo que significa que si bien es más difícil que los materiales como la piedra caliza, aún puede ser rayado o dañado por partículas abrasivas, suciedad o escombros que pueden llevarse a los zapatos. Los acabados pulidos tienden a mostrar arañazos y rasguños más fácilmente que las superficies perfeccionadas o mate, y el tráfico peatonal frecuente puede soportar la superficie con el tiempo. El acabado aplicado al mármol juega un papel importante en la determinación de su resistencia al desgaste. El mármol pulido puede perder su brillo y mostrar signos de desgaste más rápidamente, mientras que el mármol perfeccionado puede resistir un mejor daño físico sin mostrar rasguños tan prominentemente. Los tratamientos de borde y las técnicas de corte de baldosas pueden influir en la durabilidad del mármol, ya que los bordes afilados y desprotegidos pueden apagarse más fácilmente bajo presión. El mantenimiento regular es crucial para preservar la aparición de mármol en áreas de alto tráfico. Aplicar un recubrimiento o sellado protector puede ayudar a reducir la probabilidad de rascarse y mancharse. También es esencial realizar una limpieza regular para eliminar las partículas abrasivas de la superficie y evitar que se rascen la piedra. En zonas de alto tráfico, la incorporación de alfombras o felpudos para atrapar la suciedad y los escombros puede ayudar a reducir el desgaste en la superficie de mármol.